"Cosas que también son la vida"
- Claudia Pizcueta
- 5 mar 2016
- 2 Min. de lectura
El próximo día 9 de marzo a las 16:30h, con motivo de las Jornades Blanquerna, Jenn Díaz, autora de Madre e Hija, y Víctor García Tur, autor de Els ocells, hablarán sobre el fenómeno del storytelling en la literatura en un coloquio moderado por el escritor y profesor de la facultad Vicenç Pagès.

Jenn Díaz (Barcelona, 1988) nos sumerge sutilmente en la vida de cuatro mujeres, en sus dudas, miedos, amores y maneras de ver y entender la vida. En Madre e hija los silencios hablan más que las palabras. La historia, cuyo punto de partida es la muerte del padre y eje de la familia, nos desvela las tensiones, celos y secretos que hasta entonces se habían mantenido ocultos.
Se ha dicho de ella que es la heredera de la prosa de Ana María Matute y es que a sus 28 años sus novelas parecen escritas por alguien mayor, con una experiencia vital intensa. En todas sus obras plasma historias de una época que no ha vivido y sobre la que no especifica nada más allá de pequeñas pinceladas, las suficientes para transportarnos a mediados del siglo pasado y así entender el porqué de los hechos que suceden.
El lenguaje sencillo, tierno e introspectivo refuerza la intimidad de la trama y lo cotidiano de los sentimientos familiares de la novela. El narrador es próximo y parece hasta un miembro de la familia. El diálogo directo aparece en contadas ocasiones y de manera muy breve ya que es una novela de sentimientos, emociones, inseguridades y, sobre todo, de silencios.
Gloria, Dolores, Natalia y Ángela son la excusa perfecta para narrar a través de ellas el descubrimiento personal después de un hecho tan relevante como es la muerte del pilar sobre el que se sustentaba la familia. Es entonces cuando Dolores se enamora de un hombre joven. Este será el punto de partida de la batalla que llevará al personaje a intentar entender ese amor y tomar las riendas de su vida. Gloria se ve sola ni siquiera tener dos hijas a las que ha procurado la mejor educación la ha salvado de esta soledad al hacerse mayor. Natalia vive un amor a escondidas; durante veinte años ha sido “la otra” y ha renunciado a su propia vida por Mateo. Esta situación ha provocado el deterioro de su relación con su madre y con Ángela, su hermana, quien vive más alejada y es la única que ha conseguido formar, a su manera, una familia.
No hay un solo modelo de mujer ni existe un único modo de vivir la vida, así que cada uno de los conflictos que sufren las protagonistas de la novela no son más que la vida misma, porque estas “cosas también son la vida”.
Comments